La Madre Elmina, un ejemplo a seguir
En 1997 comencé a viajar a Tucumán por tareas de la Orden y de la Universidad y allí comencé a conocer la vida y la obra de la Madre Elmina; al comienzo con datos muy anecdóticos, hasta que en el 2001 hicimos un retiro sobre la vida de ella con la Hna. Haydée Herrera y la Hna. Cynthia Folquer, quienes desde sus conocimientos de teología e historia, respectivamente, nos presentaron su figura teologal en su contexto histórico y a partir de ese retiro comencé a comprender en profundidad el himno que se cantaba a la Madre Elmina en cada celebración de la congregación.
La figura de la Madre Elmina se destaca a finales del siglo XIX como una mujer emprendedora, con una presencia social poco común en su época y con el deseo que las mujeres se desarrollen no sólo como “damas de caridad y piedad” sino también como mujeres de ciencia y conocimiento. En esto tuvo una gran influencia en su vida su acercamiento a los frailes dominicos, especialmente a Fr. Ángel María Boisdron.
En su vida tuvo dos pérdidas importantes, la de su esposo e hija, que asumió con fe y fortaleza cristiana heroicas. Me impresionaron estas actitudes en una mujer que quedaba sola y con un proyecto de vida deshecho.
Muy poco después (1877) llegó a Tucumán la peste del cólera que asoló a la Argentina. Este hecho fue decisivo para su vida. “No sólo con mis bienes sino con mi vida toda”, fue la frase que pronunció al ser llamada por Fr. Ángel M. Boisdron a colaborar con los huérfanos que dejaba el cólera. Allí comenzó el proyecto de caridad para atender las orfandades de su contexto. Los huérfanos tuvieron casa y comida pero inmediatamente comenzaron a tener formación escolar las niñas para que ellas se pudieran desarrollar y llegar a desempeñar tareas vitales en la sociedad. Me parecen admirables su entrega heroica y su lucidez, como don del Espíritu Santo.
Creo que hacer conocer la vida de Madre Elmina es un deber para con la sociedad porque su figura resalta el coraje del futuro y la esperanza del presente y creo que trabajar para el reconocimiento de su santidad es un deber con la iglesia que peregrina en Tucumán y en Argentina ya que pone de manifiesto la alegría de la entrega lucida al servicio de Jesús, como una de las vírgenes prudentes que esperaron a su Señor con la lámpara encendida.
Siempre fui de esas personas que le encanta las historias de mujeres que se animaron a más, que tuvieron el coraje y la valentía de jugarse…
Madre Elmina, hoy aquí y ahora en este mes de junio del 2020, recuerdo mis pasos por tu casa, el perfume de los jazmines de tu patio, la belleza...